¿UN POQUITO DE INTEGRACIÓN O DE INCLUSIÓN?

¡UN POQUITO DE INTEGRACIÓN, POR FAVOR!


Ojalá fuese así de fácil de pedir… ¡Un poquito de integración, por favor!. Ojalá existiera un lugar donde pedir un cuarto de empatía, un par de tarros de paciencia y un kilo bien despachado de compresión. 

¿Debería existir un lugar así o deberíamos traer estos valores de manera innata?

Personalmente pienso que vivir en sociedad y respetarnos son elementos esenciales para un mundo más justo y armonioso. Al cooperar, entender y valorar a los demás, construimos un entorno que beneficia a cada uno de nosotros y nosotras.

Según el sociólogo francés Emile Durkheim, la integración social se refiere al grado en que los individuos están vinculados entre sí dentro de una sociedad, compartiendo valores, normas, creencias y objetivos comunes. Él contempla la sociedad como un organismo en el que todas las partes deben funcionar juntas para garantizar la estabilidad y el bienestar. 

¿Deberíamos hablar de integración si no comtemplásemos como negativas las diferencias personales?

Las diferencias personales enriquecen la sociedad, por lo tanto son beneficiosas porque aportan diversidad de ideas,  puntos de vista diferentes, creencias, habilidades y perspectivas… pero, ¿Qué pasa en la sociedad actualmente?

Siento que vivimos en una sociedad cada vez más individualista e interesada y en ocasiones falta de valores. Esto afecta a las relaciones entre nosotros y nosotras por lo que es necesario hablar de integración social.

De la necesidad de atender a las personas más vulnerables nace el concepto que me estoy planteando. Es un concepto relativamente joven por lo que confío en que aún no sea el definitivo y podamos hablar de inclusión social. 

El concepto de integración, si lo analizamos etimológicamente proviene del  latín integrāre 'renovar', 'completar' y pienso que es un concepto segregado y etiquetado basado en la aceptación de la diversidad. Nuestra intención como futuros/as integradores e integradoras no es renovar ni completar es dar visibilidad y aportar ayuda a las necesidades de la población. Considero que no debemos integrar ya que aparentemente es “hacer un favor” de compartir todos los aspectos de la vida con un grupo más generalizado, como he mencionado anteriormente “aceptar”, 

De este modo creo que el concepto más acertado sería hablar de inclusión: pertenecer o ser parte de algo. ¡Un poquito de inclusión, por favor!


Elena Carabaño Moreno

Comentarios

  1. Al comparar estos dos términos, caemos en la cuenta de que se abre un debate: ¿cuál de los dos es correcto? ¿Hay que corregir o educar a las personas para que usen uno u otro? Todo esto puede derivar en enfrentamientos, en superposiciones de ideas que llegan a ser contradictorias o que buscan un conflicto entre quienes defienden un término u otro.
    Si dejamos a un lado nuestra inclinación la hora de estudiar esta rama y nos centramos en nuestro papel en la sociedad, deberíamos considerar como erróneo el término ‘integración’ ya que realmente no buscamos dicha idea sino que, concordando con la petición del texto, se busca una ‘inclusión’ de
    esas personas que han sido excluidas por diversas razones. Las personas queremos ser siempre ‘incluidas’ dentro de algo, de un grupo o de la sociedad en este caso. Deberíamos considerar la integración como parte de la inclusión y no como una terminología a parte, ajena y abierta a una comparativa.
    La integración complementa a la inclusión pues, para estar integrados, debemos primero estar incluidos.

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    1. El texto plantea una reflexión profunda sobre conceptos fundamentales como la integración y la inclusión, invitándonos a cuestionar cómo la sociedad percibe y valora las diferencias personales. A través de esta reflexión, se revela una tensión entre los valores deseables (empatía, comprensión y paciencia) y la realidad actual, en la que prevalece una visión individual.

      Personalmente, creo que el ideal no sería tener que pedir empatía o inclusión, sino que estos valores eran inherentes a nuestra forma de convivir como seres humanos. Sin embargo, la realidad demuestra que, como sociedad, aún estamos lejos de ese objetivo. La integración, tal como se analiza en el texto, parece estar vinculada a un esfuerzo de aceptación que aún coloca a las personas vulnerables o diferentes en una posición de "otros" que necesitan ser incorporados al sistema.

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    2. Desde mi experiencia trabajando en Salud Mental Grave destaco que la inclusión e integración de las personas con enfermedad mental grave en la sociedad, y particularmente en los entornos rurales, es un desafío que pone de relieve la importancia de la empatía, la educación y el desarrollo de políticas públicas inclusivas. Es fundamental reconocer que las personas con enfermedades mentales tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano y que la calidad de vida de estas personas depende, en gran medida, de la actitud de las comunidades hacia ellas y del acceso a los recursos adecuados.

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  2. A la humanidad le falta mucha empatía comprensión conciencia paciencia etcétera por trabajar ya que en mi opinión para crear un ambiente armonioso y homogéneo (aunque existan diferencias en los valores religiones creencias) tenemos que empezar a ver a los demás como iguales por eso creo que lo más apropiado es la inclusión ya que dentro de esta no solo aceptamos como en la integración sino que también pertenecemos y como integradores e integradoras buscamos que todos y todas participen sin discriminación o rechazo creando un ambiente óptimo en el que el entorno es seguro y aporta bienestar nuestro papel consiste en ayudar a las personas con sus necesidades como lo es pertenecer a un grupo por eso veo fundamental nuestra intervención porque buscamos una inclusión que abraza a la integración.

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  3. En primer lugar, quiero destacar que me encanta que la reflexión gire en torno a la importancia que tienen los conceptos que utilizamos para hablar de la convivencia social, como integración e inclusión, y cómo reflejan nuestras actitudes hacia las diferencias personales y los valores compartidos. La actualización de estos términos no es meramente semántica, sino esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.
    Actualizar los conceptos como integración e inclusión es esencial porque moldean nuestra percepción y acciones. Mientras la integración puede sugerir la adaptación a una norma predefinida, perpetuando divisiones, la inclusión reconoce la igualdad de todas las personas como un derecho, no un favor. Esto implica un cambio de mentalidad hacia un "nosotros" colectivo, donde las diferencias no son obstáculos, sino fuentes de riqueza que fortalecen la cohesión social desde el respeto y la equidad, y abren puertas a facilitar las cosas a toda la sociedad.
    En un mundo cada vez más individualista, abrazar este cambio es crucial. Así, transformar los conceptos y valores en acciones concretas es clave para avanzar hacia una sociedad más unida y cooperativa. Me ha encantado: ¡¡Un poquito de inclusión, por favor!!

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  4. Está claro que hay algo en común en los comentarios y que señaláis con precisión: la falta de empatía en nuestra sociedad y el cambio necesario de la percepción que tenemos de ella. Para esto seguiremos trabajando como futuras y futuros integradores sociales porque es la manera de avanzar hacia un futuro justo basado en el respeto.

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  5. Es cierto que la integración y la inclusión son conceptos que, aunque relacionados, tienen matices diferentes. La idea de que deberíamos tener un "cuarto de empatía" y "tarros de paciencia" es una metáfora encantadora que resalta la importancia de cultivar estos valores en nuestra vida diaria.
    Es cierto que vivimos en una sociedad que a menudo parece más individualista, y eso puede dificultar la creación de conexiones significativas. La visión de Durkheim sobre la sociedad como un organismo interconectado es muy relevante; cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar, y nuestras diferencias son lo que nos enriquece y nos hace más fuertes.
    La transición de hablar de integración a inclusión es un paso importante. La inclusión implica reconocer y valorar a cada individuo por lo que es, en lugar de intentar "completar" o "renovar" a alguien para que encaje en un molde. Es un llamado a crear espacios donde todos se sientan verdaderamente parte de la comunidad, donde se celebren las diferencias y se fomente la colaboración.

    Así que, sigamos trabajando juntos para construir un entorno donde todos podamos pertenecer y ser valorados.

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  6. El tema aborda la diferencia entre integración e inclusión social. La integración, como concepto tradicional, implica adaptar a las personas a un modelo predeterminado de sociedad, lo que puede percibirse como una forma de asimilación. En cambio, la inclusión promueve la participación de todos, respetando y valorando las diferencias individuales. Este enfoque reconoce que la diversidad enriquece a la sociedad, y que todos deben tener espacio para ser parte de algo sin perder su identidad. Vivimos en una sociedad cada vez más individualista, por lo que es necesario fomentar la inclusión para construir una convivencia más justa y armoniosa, donde la empatía, paciencia y comprensión sean valores fundamentales.

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    1. El texto aborda un debate fundamental sobre cómo conceptualizamos nuestra convivencia social. ¿Debemos hablar de integración, con su connotación de "completar" o "adaptar", o es más justo y transformador hablar de inclusión?
      La inclusión no busca "ajustar" a las personas para que encajen en un modelo preestablecido, sino reconocer que todos ya forman parte del tejido social, cada uno con su valiosa singularidad. En un mundo marcado por el individualismo y la falta de empatía, abrazar la inclusión significa construir espacios donde las diferencias no solo se acepten, sino que se celebren como fuentes de riqueza colectiva.
      Este enfoque nos desafía a abandonar actitudes paternalistas y a trabajar en una sociedad donde nadie sea etiquetado ni "tolerado", sino plenamente reconocido como parte del todo.
      Así que, como dice la autora, ¡un poquito de inclusión, por favor! Es un llamado a construir una sociedad donde nadie tenga que "encajar" porque todos ya son parte del conjunto.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Compañeras, ¡ahí estamos nosotras! En nuestras manos está el que nadie tenga que "encajar"!. Un saludo

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